En Santa
Marta las olas lamen las faldas del nevado más alto del mundo a orillas del mar.
La ciudad más antigua de América
del Sur está llena de una magia difícil de describir, su patrimonio
arquitectónico inigualable, hermosos paisajes y un gran legado cultural, hacen
de este paraíso natural un destino ideal para disfrutar, conocer y recordar.

Espacios poblados por bandadas de
loros, infinita variedad de aves y manadas de monos aulladores que informan con
su bullicio a los demás habitantes de la selva la presencia de excursionistas.
Y un legado histórico, representado
en la arquitectura y en las calles del centro histórico, un recorrido ideal
para visitar la Catedral, los museos y el Malecón de Bastidas, donde además de
conocer se puede gozar de un romántico atardecer.